Espiritualidad


Numerosos términos rodean la espiritualidad del Flamenco.  Esa energía y ese misterioso encanto se define en numerosas ocasiones como Duende, al fin y al cabo, nada que pueda ser realmente descrito ni programado.  Solamente cuando un flamenco al cante, al toque o al baile experimenta la llegada de este misterioso encanto, es cuando se puede sentir la esencia en estado puro de ese intercambio de energías y sentimiento.

A pesar de la gran popularidad de la que el Flamenco actual disfruta en estos días, siempre ha sido complicado el encontrar ese rincón donde la esencia y el duende surgen de la espontaneidad.   Teatros y otras localidades ofrecen espectáculos flamencos donde artistas profesionales recorren los diferentes estilos.  Nuestra visión del Flamenco toma otro camino más espiritual para intentar mostrar el verdadero origen del Flamenco.  Para intentar reproducir esos momentos especiales de rincón  que realmente constituyen los orígenes de este arte.  En este entorno, más allá de llevar a cabo un espectáculo programado, nuestro Flamenco Espiritual canaliza toda su atención en conseguir transmitir ese ansiado duende, la energía y el calor de un estilo de vida y una cultura en sí misma.

Es condición indispensable plantear estas sesiones como reuniones informales, donde los flamencos integrantes se puedan sentir como en un momento más de su vida cotidiana.  Es únicamente así como estas personas pueden entregarse en cuerpo y alma, pueden expresar su interior en cuerpo y alma  y pueden conseguir que la energía fluya en un entorno sin igual, sí, una vez más, en cuerpo y alma.

En la sección de videos puedes visualizar un extracto capturado con un teléfono móvil, de uno esos momentos especiales.  En un lugar cualquiera de la Sierra Norte de Sevilla, en el puro corazón de Andalucía, este grupo de Flamencos dedican un momento de su existencia a la faceta más espiritual de este arte.  No se trata de un momento de fiesta y cantes de alegría.  En esta ocasión una persona agraciada con el don y duende, da forma su sentir a través  del cante jondo.  Exteriorización de esa energía pura en una forma y medio que las demás personas puedan sentirlo así también.  El nivel de entrega del cantaor es realmente un símbolo de la pureza de un sentimiento materializado en un quejío.

Los integrantes de Flamenco Espiritual no son profesionales del mundo del espectáculo.  Son personas y familias que siguen viviendo en ese entorno más rural y próximo a la naturaleza, cada vez más inaccesible en el estilo de vida urbano.  Sus vidas transcurren en una casa en pleno campo, donde padres y niños crecen y se educan en un entorno bajo las premisas del respeto y convivencia con la naturaleza.  El Flamenco para ellos es un componente más de esa energía que se recibe y da entre personas, plantas y animales, y esa expresión sencilla es la que se puede compartir con todas aquellas personas que quieran abrir su alma a una nueva experiencia.